Esa blusa que llevas
Me envías una fotografía
me dejas tan sorprendido
y me quedo casi sin habla
de lo guapa que estás
Esa blusa que estrenas
con encajes y cenefas
y lunares que destellan,
de suave terciopelo.
Esa visión me impacta
la que me deslumbra,
ay, la niña de mis ojos
de celos yo me muero.
Como el haber rozado,
solo la miel en los labios,
se me vuelve agua la boca
sin saborearlo ni probarlo.
Quiero soñar más
y seguir soñando
con este divino amor
que dios me ha dado.
Para soñar,
¡sí! soñar,
seguir y seguir
soñando.
Mont. mayo, 2024
Romerito.
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