(En Tornavacas)
Primavera.
Dejaba marzo el valle en flor, nevados
los cerezos, ardiente d solana.
Temblaba Dios ardiendo en la mañana
Sobre un sueño de albores. Derramados,
desgarraban de nieve sus costados
los arroyos. Trinaba una campana.
y un geranio sangraba en su ventana
con un desdén de adobes descarnados.
Sobre esta levedad de primavera
quise dejar mi ayer, solo y desnudo,
para vivir mañana a mi manera.
Quise volar, volar... Deshice el nudo
que me retiene el alma prisionera
y quise hablar con Dios... y estaba mudo.
(BE-1946)
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