Poemas dedicados:
(Para Alejandro García Galán)
Madrid, 1998
Ed. Beturia
Tuvimos los ayeres gozosos en las manos.
Santiago Castelo
Autor:
José Iglesias Benítez
Nos queda la mano del amigo
Nos sorprendió la vida jugando a la esperanza.
La calle estaba ardiendo con una brisa nueva
y en los ojos brillaban las luces de un futuro
de pan y libertades. La risa y ls canciones
desbocaban las bocas con la fuerza de un trigo
maduro ya en la espiga. Estallaban gargantas
a ritmo de Espinosa. Mientras soñaba Pablo
con lluvia interminable: "estamos amasados
con libertad, muchacha" ... Y el sábado crecía
En versos de Lencero, con Pacheco gritando
sus poemas de esclavos y de botas abiertas
y Castelo mostrando nuestra tierra en su carne
en graves memoriales de ausencias prolongadas
El sábado crecía de la tarde a la sombra,
de la tarde al silencio, mientras Extremadura,
tan madre y tan soñada nos inflamaba a todos
con el alba de un pueblo inventándose fuerte.
¿Recuerdas, Alejandro? La amistad era aquello:
un vivir la semana un sábado perenne
diluyendo los días en el verso y la entrega.
(BE-1987)
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