Poemas en tránsito: (XI)
Para Violeta.
Arrullar al niño
Cántame una nana como tu sabes.
Arrúllame en voz baja al oído.
Ese canto de tu voz me adormece.
al escuchar ese suave murmullo.
Se me cierran los párpados cuando te escucho.
Se me cierran los ojos pero no me duermo.
¡A dormir, mi niño!
¡No!
¡Dime algo bonito como tu sabes!
arrúllame en voz baja al oído.
Sueño que paso el río,
¿Qué pasa con el río?
Hay charcas hondas, si caes me ahogo.
No te amigas,
¿Qué?
¡Si!, ¡si, es hondo el charco!
¡Toma ya!,
¡Seguro que si!,
¡del susto!
Dime algo, anda, quiero escuchar tu voz,
Luego, me cuentas la nana o la recitas.
me hablas, me susurras, me alientas,
y me acaricias con tu voz de terciopelo.
Este calor que no esperábamos llegó
tan imprevisto, tan zumbón, aquí y ahora
nos aprieta la dormidera de media tarde.
¡Si estuvieras tu aquí!,
¡Si tu quisieras!
Cuenta un chiste, acariciarme con tu voz,
Quiero sentir tu aliento, esa mirada tuya.
Escucho al viento gritar, siento al sol gemir.
el guiño de la luna y al llanto salir.
Brota de tu alma un rayito de luz
Surge del cielo una llamarada
Siento en el corazón un ave pasar
rozando poemas al batir de sus alas.
el planear de su vuelo.
Y quedo prisionero del olvido
del presente y del pasado,
para dormirme en tus brazos.
y decirme suavemente al oído,
con tus arrullos soñados
¡Duerme, mi niño!,
¡te quiero!
Calvario, 9 de junio de 2021.
Romero Salgado Pacha.
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